Desde hace siete años endulza la vida de quienes compran sus panes
María Eugenia Hernández es una mujer que ha sabido ganarse la vida a base de esfuerzo. Salir de su casa en la colonia 5 de mayo, en Culiacán, representa para ella una oportunidad de superación.
Desde hace nueve años que presta su servicio como vendedora de pan. Llega en punto de las 9:00 horas a la calle ancha para empezar con su trabajo en el sector Huizaches de la capital sinaloense.
“Aquí en este punto ya tengo siete años. Vendo pan de mujer, empanadas de calabaza, piloncillo, panes de queso, cajeta y conchas. Uno tiene que buscarle y pues esta oportunidad la tengo para tener un empleo”, dice María Eugenia mientras acomoda los panes al interior de una bolsa plástica.
Asegura que todos los vecinos del lugar ya saben que los panes más sabrosos son los que ella vende porque rápido termina con su tarea del día.
“La gente de aquí ya saben que los panes buenos son los que yo vendo. Muchos vienen y se llevan de a 10 o 15 panes. Nombre, si acabo bien rápido”, dice orgullosa.
Por solo 11 pesos los amantes del sabor de la harina combinado con los ingredientes que le dan vida a ese delicioso antojo pueden deleitarse y muy cerca de sus hogares.
Lo mejor es que vendiendo pan personas como María Eugenia se ganan la vida en la Lázaro Cárdenas.
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