Si de buenas fotografías hablamos, los tonos del cielo, la brisa del mar y el fresco aroma de la bahía son elementos que apreciaría cualquier fotógrafo. Los atardeceres de Altata son dignos de ser comparados con los mejores atardeceres del mundo.
No todos tienen el privilegio de ver cómo minuto a minuto el sol se va ocultando en el horizonte y deja sus destellos que se reflejan en el espejo de la bahía en calma.
El mar, surcado por un leve oleaje que te hipnotiza como el mejor de los hechiceros.
Altata se ha convertido en un destino turístico privilegiado y con gran crecimiento de forma constante en Sinaloa. Es el lugar ideal para salir del ajetreo de una ciudad en movimiento y convertirse en el punto de reunión de las familias.
Su malecón ofrece una gran opción para disfrutar de una caminata con un horizonte con olor a ostras marinas.
Goza de una belleza sin igual y de una gran biodiversidad submarina. El ambiente que se vive en el lugar evoca a todos los sentidos.
El atardecer es de los momentos con mayor magia del día previo a la llegada del descanso o la agitación nocturna.
De una cena romántica o una sencilla reunión para compartir los momentos vividos durante el día.
¿O qué tal sentirse perdido entre las melodías de los conjuntos norteños que lleva el viento hasta los oídos de quienes por ahí se encuentran?.
Sin duda son maravillas de las que pocos tienen la dicha de disfrutar. Mientras ves transcurrir el tiempo que no se detiene ante tanta belleza, igual puedes deleitarte con una exquisita copa de vino o una nieve de garrafa de esas que te dejan un dulce sabor de boca.
En Altata no solo tus pupilas logran aventurarse con la belleza del lugar, sentir la arena entre los pies al caminar sobre esa suavidad despierta tus sentidos.
Lo que sí no cambiarás por nada será estar sentado con la mirada fija sobre el horizonte donde verás desvanecerse el día para dar paso a la majestuosa oscuridad.
Una transición que no dura más de diez minutos pero que queda en la añoranza de todos los que se han enamorado del astro rey, al ver cómo se despide para dar la bienvenida a la señora luna. Sin duda tienes que vivirlo. Disfrutar de sus atardeceres es uno de los grandes placeres de la vida.
